Le gustaba observar la Tierra desde su querido planeta, el segundo más cercano a la Tierra y donde el calor era fuego convertido en aire que te abrazaba en llamas. Pero a ella le gustaba Venus, llamado así por la diosa -y buena amiga suya- del amor.
Había llegado su día, aquel en el que cumpliría...¿cuantos años eran ya? Ni se acordaba. El tiempo no se notaba en el espacio, su mundo privado de estrellas y planetas danzantes en el infinito, salvo por aquellos agujeros negros, esos monstruos nunca se hartaban de comer. Navegaba por aquí y allí, se divertía descubriendo los secretos más bien guardados. Aun se acuerda de su experiencia en el centro de Júpiter, donde conoció a Jess y Zeus, y vio lugares que jamás podría describir con palabras humanas -¿así se llamaban esos seres del planeta azul?-.
Miró su pequeño reloj (como lo llamarían allí), algo preocupada. Llegaba tarde, ¿donde se habría metido? Desde su planeta a Venus no habían más que cientos de miles de kilómetros, y tardaba menos de quince minutos en llegar hasta ella, ese era el único momento en el que podía echarle de menos. Sus caricias estelares, sus besos propios del mismísimo Zeus, su pasión infinita y romántica de hacerle el amor...Le quería. Y mucho.
De pronto, oyó un ruido, parecido al nacimiento de una estrella, que provenía de la Tierra. ¿Que estarían haciendo ahora aquellos mortales? Pero ellos ahora no eran los causantes de tal alboroto. Al girarse y clavar la mirada, un cinta roja apareció de la nada, enrollando el planeta. Al momento, empezó a acercarse, a acercarse...¡demasiado! ¿Que estaba pasando?
La respuesta estaba al lado suyo, surgiendo de una extraña niebla, con el pelo alborotado y una sonrisa de oreja a oreja en sus labios. Su cuerpo atlético estaba relajado, tranquilo, mientras su novia se ponía nerviosa ante tal proximidad con la Tierra.
-¡Bú!- dijo él.
-¡AAAAAH!-dijo ella, con su inmortal corazón latiendo a millones por hora. Al recuperar la compostura, le reprendió- ¿A que viene tanta tardanza, cariño?
-Estaba preparando tu regalo, ¿te gusta?- levantó la mano, señalando al planeta azul, ahora con un lazo coronando el Polo Norte.
-Es...¿la Tierra? ¿Mi regalo de cumpleaños es...la Tierra?
-Ajá, incluyendo los arboles, esos bichejos andantes que tanto adoras, la Muralla China, las grandes ciudades...¡todo! Hasta el centro de la Tierra es para ti.-le contestó, mientras le colocaba el pelo tras la oreja y sonreía sin parar. Él era así, incluso al pelearse, era lleno de sorpresas.- Porque te quiero, y te daría ese planeta, todos los otros, y la magia que se esconde aquí. Y más, mucho más.
Estaba petrificada. No sabía que decir. Muy contenta, sin dudarlo, ilusionada porque por fin podría probar la manzana prohibida de la que Adán y Eva tanto hablaban desde sus tumbas. ¡Por fin! Su sueño cumplido. Y todo por él. Le miró a los ojos, emocionada, colocándose encima de él, besándole, no como tantas veces lo había hecho, sino mucho mejor.
-Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero, te quiero. No sabes cuantas cosas he descubierto estando contigo, el amor en primera mano, todos esos sentimientos de los que yo creía rumores muertos, son reales. Es... tan...-no pudo acabar la frase, no pudo apartarse de él, abrazándolo fuerte sin dejarle ir.
-Ssssssh, no digas nada, las palabra solo son más que un invento de lo humanos para controlar las cosas. Ahora... ¡Feliz cumpleaños, Aitana!
Se convirtieron en niebla mientras, abrazados, eran un único cuerpo celeste donde ni la Nada era capaz de acercarse...solo ellos, y el infinito.
7 comentarios:
Tía,que manera más original de felicitar a Aitana. Que imaginación tienes,madre mía. Me ha encantado cielo, voy a estar cada dos por tres viendo por aquí,a ver si esta el comentario de aitana jajaj :P
Muy bonito,besos.
qué preciosidad ><
Vaya historia, de lo más original que he leído ultimamente!
Un beso enorme bonita, seguro que este regalo el encanta :)
¡Qué original! Es un regalo precioso.
Eso sí que es un regalo de cumpleaños y lo demás tonterías.
Yo quiero a alguien como él que me regale la Tierra y todo los otros planetas pasando por Venus, ¡oh,sí! Que bonito podría ser.
Sería mi regalo preferido de aniversario, sin dudarlo dos veces.
(besos).
Preciosidad *-* me has dejado con la boca abierta. Sueltas magia allá por donde vas con tus historias.
Me ha encantado ^-^
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